English Français Ελληνικά Русский Português 中文(简体) 中文(繁體)
Referencia Bíblica
> Referencia Bíblica > Precedentes Históricos > Citas y Escritos > Tendencias Actuales
> Inicio > Referencia Bíblica > Iglesia > La Iglesia gloriosa > (2 Corintios 8:1-5) -- "El ejemplo macedonio"
> Categoría

El ejemplo macedonio

1 Ahora, hermanos, queremos que se enteren de la gracia que Dios ha dado a las iglesias de Macedonia. 2 En medio de las pruebas más difíciles, su desbordante alegría y su extrema pobreza abundaron en rica generosidad. 3 Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como podían, y aún más de lo que podían, 4 rogándonos con insistencia que les concediéramos el privilegio de tomar parte en esta ayuda para los santos. 5 Incluso hicieron más de lo que esperábamos, ya que se entregaron a sí mismos, primeramente al Señor y después a nosotros, conforme a la voluntad de Dios.

2 Corintios 8:1-5 (NVI)

Algunas publicaciones cristianas a menudo presentan historias de iglesias encomiables, congregaciones que son notables por su celo, santidad, creatividad o fruto. Estas publicaciones siguen el ejemplo bíblico, ya que Dios también honró a las iglesias en las páginas de las Escrituras. La Macedonia del primer siglo provee un ejemplo inspirador y convincente.

El Apóstol Pablo había estado recaudando fondos para los miembros empobrecidos de la “iglesia madre” en Jerusalén, cuyos miembros vieron sus medios materiales colapsar a causa de sus conversiones (ver Hechos 24:17). Los cristianos en Macedonia se superaron a sí mismos en respuesta a su petición, y Pablo trajo a luz su comportamiento para llamar la atención de los cristianos de Corinto, que debían contribuir con su justa parte. Su descripción captura algunas características de la iglesia en su mejor comportamiento. Veamos, pues, cuáles son estas características:

  1. Sobrenatural. Su heroísmo fue el resultado de la gracia de Dios (v. 1), no fue su propio esfuerzo personal.

  2. Templanza. Ellos habían sido refinados en las llamas de la persecución. El suyo no fue ningún cristianismo de buenos tiempos, sino una fe fortalecida por pruebas difíciles (v. 2).

  3. Gozo. La felicidad depende de las circunstancias materiales o sociales—eventos fortuitos; el gozo no (v. 2). Este último se basa en saber que el Señor realiza grandes cosas y que la iglesia es parte de ello.

  4. Sacrificio. Muchos están dispuestos a dar de su abundancia. Sin embargo, ellos dieron de su extrema pobreza (v. 2).

  5. Generosidad. Dada su pobreza, una pequeña ofrenda habría sido entendible. Pero contrario a las expectativas, estos macedonios fueron famosos por su rica generosidad (v. 2).

  6. “Necedad”. Aunque sus acciones respondían a una sabiduría de lo alto, al dar aún más de lo que podían (v. 3), ellos aparentaron ser necios.

  7. Espontaneidad. Su generosidad fluyó naturalmente de sus corazones regenerados. Sin duda, Pablo estuvo fatigado por las repetidas apelaciones por fondos que realizaba a las iglesias. Cuando encontró una iglesia cuyos miembros dieron espontáneamente (v. 3), se emocionó.

  8. Insistencia. Del texto, parece probable que Pablo al principio declinó su apoyo, recordándoles de su propia pobreza. Pero ellos no lo aceptaron; sino que rogaron con insistencia (v. 4) para que llevara el dinero.

  9. Gratitud. Para los macedonios, no fue ninguna competencia con otras iglesias por honor y orgullo. Ellos dieron primeramente al Señor (v. 5), un acto de consagración, y fue de Él que recibían las sugerencias.

  10. Apostólico. Las iglesias pueden canalizar sus fondos hacia muchas cosas que son secundarias. Por eso Pablo notó especialmente la devoción a nosotros (v. 5), particularmente a las prioridades piadosas de los apóstoles.

Pocos afirman que continúan todas las características de la iglesia primitiva en la actualidad. Por ejemplo, los líderes de la iglesia ya no escriben la Escritura. Sin embargo, todos pueden ver que el ejemplo macedonio es replicable—y aun normativo—para la iglesia del siglo 21. De la misma manera, así como la generosidad sacrificial está al alcance de los creyentes, a través de los siglos, así también está el gozo que lo acompaña.