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“Explotación de Huevos” en las Mujeres a Través de la Donación de Óvulos

Una de las violaciones éticas que llevó a acusaciones legales contra el investigador coreano de clonación Hwang Woo-Suk fue que usó a sus asistentes femeninas de laboratorio como donantes de óvulos.1 La investigación de células madres de embriones requiere de embriones humanos clonados. Los embriones son óvulos fertilizados. De este modo, el profesor Hwang lanzó sus preocupaciones morales al viento y usó a sus propias asistentes como herramientas de investigación. De hecho, un creciente número de mujeres en todo el mundo recibe pedidos de sus óvulos para el propósito de la experimentación médica. El problema con la donación de óvulos para propósitos reproductivos ya es lo suficientemente fuerte como para evitar la práctica, pero ¿qué decir de la donación de óvulos para la investigación? ¿Hay razones éticas para no donar nuestros óvulos?

Primero, la donación de óvulos implica un riesgo significativo para la salud. Una donante de óvulos recibe inyecciones diarias de poderosas hormonas (usualmente durante al menos dos semanas), exámenes de sangre seriales, y tratamientos de ultrasonido para determinar si los óvulos están listos para ser cosechados. Las inyecciones de hormonas son típicamente creadas para esa respuesta. Cuando los óvulos están listos para ser “cosechados” (removidos quirúrgicamente) la mujer se somete a un procedimiento quirúrgico conocido como aspiración por aguja, en la que usualmente se recogen entre 10 y 20 óvulos. Si todo va bien, la hinchazón y la incomodidad durarán apenas unos días. La aspiración por aguja puede causar sangrado. En casos raros es posible que resulte en una punción en el vientre, la vejiga o vasos sanguíneos cercanos. A pesar de ser poco probable, puede ser que se requiera de una cirugía abdominal mayor para reparar daños serios a los órganos pélvicos.

Otra complicación posible de la donación de óvulos es el desarrollo del síndrome de hiperestímulo ovario (OHSS, por sus siglas en inglés), en el cual se desarrollan demasiados óvulos luego del estímulo hormonal al que se someten los ovarios. Esto es incómodo cuanto menos, pero también puede ser dañino, y en raros casos puede resultar en la muerte. En casos no graves de OHSS, puede haber dolor abdominal, presión e hinchazón. En casos moderados de OHSS, puede ser que haga falta un cuidado intensivo, descanso prolongado y medicamentos para el dolor. Son raros los casos severos de OHSS, pero estos pueden causar serias complicaciones médicas, que pueden incluir coágulos sanguíneos, acumulación de fluidos en los pulmones, fallas en los riñones, y conmociones. La propia fertilidad futura de la donante puede estar en riesgo debido a estos factores. Agreguemos a esta mezcla el bagaje emocional de tener que abandonar los derechos paternales, y las consecuencias físicas y emocionales pueden ser sustanciales.2

Además de los riesgos a la salud, es más posible que las mujeres pobres se sientan tentadas a vender sus óvulos que las mujeres más ricas. En marzo de 2005, el periódico escocés The Scotsman, reveló que una clínica en Gran Bretaña le pagaba a mujeres rumanas por sus óvulos, exportándolos luego a Inglaterra donde las parejas británicas los usaban en reproducción asistida. Las mujeres rumanas recibían entre £200 y £300 libras (entre $350-$550 dólares), un valor significativamente menor al “valor de mercado” en otros países.3 Aquellas mujeres que están bien financieramente no venderían sus óvulos por esos precios, por eso las mujeres pobres seguramente serán explotadas para quitarles sus óvulos.

A pesar de que los cristianos deberían apoyar toda investigación ética, la donación de óvulos implica riesgos que deberían hacer que tanto las mujeres como los funcionarios públicos la rechacen. Tristemente, algunas mujeres se enteran demasiado tarde que la donación de óvulos no es un cuento de hadas. De hecho, puede ser una pesadilla. Sin embargo, la preocupación por la salud de los donantes no es el único factor que debería preocupar a los cristianos. Dios hizo a cada ser humano a Su imagen y semejanza (Gen 1:26-28). Por lo tanto, las mujeres (especialmente las mujeres pobres) no deberían ser explotadas por sus “capacidades reproductivas”. Ni tampoco deberían esas mujeres ser tratadas como granjas de óvulos. La comercialización de óvulos femeninos transforma a las mujeres en objetos en el mismo modo en que la prostitución y la pornografía lo hacen. Las trata como “gallinas humanas”, y no como personas. Por eso, sin importar cuanto alguien está dispuesto a pagar por los óvulos de una mujer para reproducción o investigación, los grotescos costos sociales y morales son demasiado altos como para aceptarlos.

Notas al pie:
1

Kim Tae-gyu, “Hwang Admits In-House Egg Donations,” The Korea Times, November 24, 2005, http://times.hankooki.com/lpage/200511/kt2005112418515810440.htm (visto el 27 de julio, 2006).

2

Estas complicaciones están detalladas de manera más completa en un panfleto publicado por la organización New York State Task Force on Life and the Law, titulado “Thinking of Becoming an Egg Donor?” New York State: Department of Health, November 2003, http://www.health.state.ny.us/nysdoh/infertility/eggdonor.htm (visto el 27 de julio, 2006).

3

Karen McVeigh, “Police Probe Clinic under Suspicion of ‘Exploiting’ Egg Donors,” The Scotsman, March 10, 2005, http://thescotsman.scotsman.com/international.cfm?id=261532005 (visto el 27 de julio, 2006).