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¿Cómo lidió Mahoma con los cristianos en las regiones que conquistó?

Peter Cotterell fue ex director de la Escuela de Teología de Londres y es miembro de la Sociedad Real de Artes. Cotterell es un experto en estudios islámicos, y es el autor de diecinueve libros, incluyendo Islam in Context (Islam en contexto) con Peter Ridell y el próximo One God (Un Dios).

Aunque Etiopía, que está justo al otro lado del Mar Rojo de Arabia, había poseído una iglesia cristiana desde la primera parte del siglo cuatro, y aunque una considerable comunidad cristiana en San’a yacía a unas quinientas millas al sur de La Meca, parece que solo habían unos pocos cristianos alrededor de La Meca misma. Warakah ibn Nawfal, el primo de la primera esposa de Mahoma, Khadija, pudo haber sido un creyente. En las Tradiciones, a él se le presenta como un cristiano que había estudiado la Biblia y sabía hebreo. Pero simplemente él pudo haber sido uno de los muchos que abandonaron el politeísmo arábico a favor del monoteísmo, sin saber nada acerca ni del cristianismo ni el judaísmo.

Luego de que Mahoma había sojuzgado La Meca y había atraído a los pueblos árabes hacia el Islam, se movió para expandir la influencia del Islam más allá de la península arábica y entre otros pueblos. Él ya había encontrado a los judíos en Medina, y los encontró amargamente opuestos a sus enseñanzas. Pero en Tabuq, cerca del Golfo de Aqaba, conoció de la existencia de una comunidad Cristiana y lideró el ataque sobre ellos. Los cristianos se sometieron, pero no estaban compelidos a convertirse al Islam. Sin embargo, se les requería pagar un impuesto por cabeza, el jissya, que aparentemente pagaba por la protección por y de las fuerzas musulmanas. Y un tratado estableció los términos para la vida de una minoría de no musulmanes en un estado de mayoría musulman. Estos cristianos fueron declarados dhimmis, junto con los judíos y (luego) con los zoroastristas. Los tres eran “Personas del Libro”, aquellos que tenían una escritura escrita.

El Pacto de Umar

Ya que los detalles del tratado de Mahoma con los cristianos de Tabuq no son conocidos, el Islam más bien se ha enfocado en el llamado Pacto de Umar, una colección de pactos hechos con varios grupos no musulmanes y dado autoridad por asociación con el califato (i.e., sucesores de Mahoma).1 Hay varias versiones del pacto, algunas de ellas expresadas como si los cristianos estuviesen solicitándolos y sugiriéndolos, otros representando las iniciativas califas. Las siguientes provisiones son comunes para la mayoría de versiones del pacto, que delinea el estatus dhimmi:

  • Ningún intento se hará para convertir a los musulmanes.

  • No se debe decir nada derogatorio sobre Mahoma.

  • La adoración debe ser conducida en privado, en silencio, y sin ninguna exhibición de símbolos religiosos.

  • Edificios de adoración pueden ser reparados, pero nuevos edificios no pueden ser construidos.

  • Alguna marca visible del dhimmi debe ser utilizada, por lo general una banda de color.

  • Se les debe respeto a los musulmanes.

  • A los no musulmanes no se les debe dar posiciones de autoridad sobre los musulmanes.

  • El dhimmi debe ser sujeto a la Ley Shari’a.

La colisión de los imperios

Sin embargo, este temprano periodo representa solo un aspecto de la cuestión del tratamiento histórico del Islam con los cristianos. Más significativamente tenemos la cuestión de la siguiente confrontación entre los sucesivos califas musulmanes y los imperios cristianos establecidos en Roma y Constantinopla (Bizancio), y más recientemente entre musulmanes y el occidente (a menudo asumido como cristiano).

Los califas musulmanes, conformándose a la teología de la extensión islámica, eran todos expansionistas:

  • El Califato Umayyad (640-750) y el avance a través de Siria hasta las puertas de Constantinopla, paralelo al avance a través de África del Norte hacia España y Francia.

  • El Califato Abbasid (750-1258) y la absorción de Turquía.

  • El periodo transicional (1258-1300), cuando el mundo musulmán existía solo en forma de unidades independientes y sociales.

  • El Califato Ottoman (1300-1924), la caída de Constantinopla y el asalto de 1917 sobre los armenios.

El periodo para cubrir el levantamiento de los imperios musulmanes ampliamente coincidió con la existencia de los imperios “cristianos”, inmensas áreas grandemente dominadas por la Iglesia. Si miramos atrás a los primeros trescientos años del cristianismo, cuando existía como una minoría perseguida y secta religiosa, este poder imperial esgrimido subsiguientemente por la iglesia fue extraordinario. El cambio empezó en el siglo cuarto cuando el emperador romano Constantino profesó a Cristo e hizo de Bizancio su capital, dejando al obispo de Roma como la figura política y religiosa más importante en el Oeste. Desde este punto en adelante, la distinción entre iglesia y estado era a menudo difícil de detectar.

Inevitablemente, cuando los límites territoriales separaban los estados cristianos de los califatos musulmanes y el califato musulmán buscaba expandir dar al-Islam (“El territorio del Islam”), se da la guerra religiosa—jihad.2 En esa circunstancia, los principios fijados y ejemplificados por Mahoma se hicieron operativos: A las personas del Libro, por lo general judíos y cristianos, se les daba tres alternativas: la conversión al Islam, sumisión y la aceptación de un estatus de minoría de dhimmi, o la muerte. Sin sorpresa, los cristianos se pararon firmes y arremetieron de vuelta.

Notas al pie:
1

El Pacto de Umar a menudo se le asocia con el Segundo Califato (el Segundo sucesor de Mahoma, luego de Abu Bekr, el primer Califato). Más bien, probablemente debería ser relacionado al quinto Califato, también llamado Umar, aunque la variedad de formas en la cual existe sugieren que no hubo ningún “Pacto de Umar” original.

2

Ver Partes I & II de esta serie, "¿Acaso una lectura literal del Qur’an genera terrorismo?" & "Mahoma, de profeta a guerrero".