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¿Acaso una lectura literal del Qur’an genera terrorismo?

Peter Cotterell es ex director de la Escuela de Teología de Londres y miembro de la Sociedad Real de Artes. Un experto en estudios islámicos, Cotterell es el autor de diecinueve libros, incluyendo Islam in Context (Islam en contexto) con Peter Ridell y el próximo One God (Un Dios).

Las cuatro autoridades del Islam

Existen versos en el Qur’an que apoyan la lucha contra los no musulmanes, y hay versos en el Qur’an que alientan un acercamiento pacífico a los no musulmanes.1 Al contestar la pregunta del rol del Qur’an en promover la violencia, es claro que los terroristas musulmanes pueden tanto y de hecho se refieren al Qur’an como su autoridad.

El Islam se basa en cuatro autoridades, no solo en el Qur’an. De hecho primeramente, y por sobre todo, esta el Qur’an. Pero la interpretación del Qur’an debe tomar en cuenta al segundo miembro del cuadrilátero, la Abrogación—el poder de un versó posterior de cancelar, o abrogar, un verso anterior. Tercero, están las Tradiciones (Hadith), memorias en su mayor parte poco confiables de lo que Mahoma dijo o hizo. Cuarto, está la Ley Shari’a, un código comprensivo de la ley civil y criminal, construido en parte del Qur’an pero en su mayoría de las Tradiciones.

El principio de la abrogación

Los capítulos del Qur’an caen en dos grupos: aquellos que vienen del tiempo cuando Mahoma estaba en La Meca, y aquellos que vienen del tiempo cuando estaba en Medina. Es confuso para el lector que cuando los varios capítulos fueron unidos para formar el Qur’an, el principio general que se siguió fue que los capítulos más largos estarían primero, y los más cortos al último. Pero esto sucede ser exactamente el reverso de su orden cronológico. Así que, con la excepción de Sura 1, si un capítulo tiene un número menor y está primero en el Qur’an, entonces en realidad es un capítulo posterior.

La mayoría de los capítulos (suras) del Qur’an son compuestos; esto es más obvio en los capítulos cronológicamente posteriores. Por ejemplo Sura 2 tiene 286 versos, y Yusuf Ali, en su traducción del Qur’an, lo divide en 40 secciones. Para interpretar tal capítulo correctamente es necesario conocer cuando cada sección fue escrita. Entonces los versos posteriores pueden ser utilizados para cancelar cualquier verso conflictivo anterior. El problema es que a menudo no sabemos cuando cada sección fue escrita.

El llamado “verso espada” (Sura 9 verso 5) viene de los posteriores, del periodo en Medina de la vida de Mahoma, y dice “lucha y mata a los Paganos dondequiera que los encuentres, y apréndelos, sítialos y acéchalos”. Yusuf Ali fecha este verso al 631 DC, solo un año antes de la muerte de Mahoma. Eruditos musulmanes tales como ibn Salama y ibn al Ataiqui dicen que este es un verso que abroga unos 124 versos anteriores, muchos de los cuales aconsejaban la paciencia y la paz.

La pregunta de la responsabilidad del Qur’an por la actual violencia islámica

Los versos del Qur’an ciertamente son utilizados por el elemento violento en el Islam para justificar sus acciones, pero estaría mal decir que esos versos son los responsables por la violencia. El hecho es que muchos musulmanes se someten a sí mismos tanto a la autoridad del Qur’an, como a buscar vivir vidas pacíficas.

Sin embargo, en su asalto violento en nombre del Islam sobre el mundo occidental en general y sobre los EEUU en particular, los extremistas musulmanes no podrían esperar afirmar el actuar a nombre del Islam a menos que pudieran apuntar al Qur’an (y a la vida de Muhamman) como su autoridad. Ellos pueden conectar su violencia a la existencia y políticas de Israel, a la presencia de no-musulmanes en países mayoritariamente musulmanes, al crecimiento de compañías de comercio trans-nacionales, al involucramiento occidental en la Guerra del Golfo en Afganistán e Irak, a un deseo de terminar con la sostenida inmoralidad del oeste, o a cualquier combinación de estos factores. Pero sea cual sea la razón dada, la autoridad de Qur’an para tal violencia es absolutamente esencial para los terroristas.

Un factor más que parece motivar a los extremistas musulmanes es la existencia de un número de tradiciones que dan promesas extravagantes de una vida dichosa en el más allá para el mártir musulmán. Sura 3 verso 169 sostiene que aquellos que han muerto recientemente en luchar contra los mecanos no están “muertos” sino vivos, y disfrutan de las bendiciones no especificadas del paraíso. Y parece que ésta aseveración, clarificada en las tradiciones, ha alentado a los terroristas suicidas. Pero otra vez, no está claro que el anhelo por el paraíso es la razón para los ataques suicidas, pero ciertamente ha sido un factor en el pensamiento de los suicidas y sus manejadores.

También, cuando Mahoma mismo guió el ataque sobre la comunidad cristiana en Tabuk, en el Golfo de Aqaba, urgió a todo musulmán a unirse en la lucha.2 Sura 9 verso 41 comanda, “Ve adelante, (sea equipado) ligeramente o pesadamente, y esfuércesen y luchen, con sus bienes y sus personas, en la causa de Allah”. Aquellos que podían luchar debían luchar, y aquellos que tenían demasiada edad o eran muy débiles para luchar debían apoyar a los luchadores. Pero este texto por lo regular es sacado de su contexto en la Arabia del siglo siete y aplicado a los actos de terrorismo suicida en el siglo veinte y uno.

Una posible solución

Si parece a muchos que estudian el Islam que alguna forma debe ser encontrada para remover el apoyo aparente del Qur’an hacia la violencia. Hay por lo menos dos formas de hacer esto. La primero es “contextualizar” tales pasajes como el “verso de la espada”, para distinguir el contexto en el cual el verso fue dado (en el cual él fue violentamente amenazado por los mecanos) del contexto que enfrenta el Islam hoy, en donde disfruta de libertad de expresión, inclusive en el Oeste. (En contraste, el cristianismo carece de esta libertad en los países musulmanes). En el escenario contemporáneo, la “espada” no debe ser de acero, pero puede ser entendido como el Qur’an en sí, o como argumento, o como el ejemplo de un estilo de vida musulmán pacífico.

Un acercamiento más radical ha sido sugerido (por extraño que parezca, por el Coronel Gaddafi de Libya, entre otros): el reconocimiento de que la Ley Shari’a y la Tradición (Hadith) se dieron mucho después del tiempo de Mahoma y no deben ser vistas como eternamente autoritarias. Entonces se sugiere que el Qur’an en sí es fácilmente divisible en dos partes, la parte Meca y la parte Medina. Se argumenta que la parte Meca contiene enseñanzas éticas y teológicas de Mahoma, antes de haber sentido el aguijón del rechazo, mientras que la parte Medina es concerniente a los muchos problemas asociados con organizar la sociedad Medina y el rechazo contra las amenazas específicas de los mecanos. Así que la idea es mantener los suras de Medina como un record histórico valioso, pero sacar la autoridad del anterior, pacífica, sección Meca. Se debe admitir que esta propuesta osada ha comprobado ser demasiado radical para la mayoría de los musulmanes para considerarla seriamente. Pero tal vez el espectáculo mundial del terrorismo en nombre del Islam dará un codazo a más musulmanes para considerar este nuevo acercamiento de interpretar el Qur’an.3

Notas al pie:
1

Ver Parte V de esta serie, "Los musulmanes viendo hacia afuera: Actitudes hacia los no-musulmanes".

2

Ver Parte II de esta serie, "Mahoma, de profeta a guerrero".

3

Ver también Parte VI de esta serie, "Los cristianos mirando al Islam: Diez formas de responder".