Mientras la disuasión, la rehabilitación y la "cuarentena" pueden ser consecuencias útiles del sistema punitivo del estado, la pena merecida humanamente-administrada (‘ojo por ojo’) debe ser el estándar gobernante. Exceda ese estándar, y el abuso ocurre; descuide de el, e la indulgencia subvierte la justicia; someta ese estándar a la venganza personal, y el castigo pierde legitimidad bíblica.
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